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HACIA UNA NUEVA CULTURA

Leamos 2 Pedro 1:4 “Somos participantes de la naturaleza divina, habiendo escapado de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia”.

Recordemos lo que Jesús dijo en Juan 17:16-17 “Jesús oró; ellos no son del mundo, como tampoco lo soy yo. Santifícalos en la verdad; tu palabra es la verdad.”

De modo que “…aunque vivimos en el mundo, no libramos batallas como lo hace el mundo.” (NVI) o dicho en otras palabras “Pues a pesar de que vivimos en este mundo, no hacemos la guerra de una forma carnal….” (Kadosh Isrelita) 2 Corintios 10:13

Es decir, lo primordial que debemos hacer es aceptar y creer que nuestra verdadera identidad y propósito están en Cristo, ya que al estar UNIDOS a Él, en su muerte y en su resurrección, somos participes de su naturaleza divina, es decir, su vida misma es implantada en nosotros, por tanto, una nueva cultura, producto de una nueva manera de pensarnos abraza.

Leamos 1 Corintios 2:16 “…nosotros tenemos la mente de Cristo.” RV. Otra versión dice: “…pero nosotros tenemos el Espíritu de Dios, y por eso (podemos pensar) pensamos como Cristo. (Traducción Latinoamericana).

Pero, para poder disfrutar completamente de ella, es preciso “desintoxicarnos”de la cultura anterior, es decir, de la forma de pensar y hacer las cosas, esto es, pasar por un proceso de “limpieza” total, puesto que si nuestro “espacio” esta ocupado, no habrá puesto para algo nuevo. Luego deberemos “hidratarnos”con las aguas del Espíritu, después “oxigenarnos”con el aliento de Dios a través de una comunión constante con Él en oración y adoración, para finalmente, “nutrirnos–alimentarnos”de su palabra.

Leamos Hebreos 11:24-26

Y por fe, Moisés, cuando ya fue hombre, no quiso llamarse hijo de la hija del faraón; prefirió ser maltratado junto con el pueblo de Dios, a gozar por un tiempo los placeres del pecado. Consideró de más valor sufrir la deshonra del Mesías que gozar de la riqueza de Egipto; porque tenía la vista puesta en la recompensa que Dios le había de dar

Cuando una persona quiere asimilar una nueva cultura, pero sin dejar la suya, su identidad sufre resquebrajamiento y como consecuencia de ello, inestabilidad y confusión trae a su vida. Estando en estas condiciones, el propósito de Dios en ella se verá interrumpido, pues es imposible interactuar con un medio, sin salir afectado por el mismo.

Todo parte de una toma de conciencia, pues si identificamos la existencia del problema, entonces podremos encontrar la solución para el mismo. No podremos cambiar la forma de hacer las cosas, ni los resultados, si primero no cambiamos nuestra forma de pensar. Lo que supondrá vivir alineados a Jesucristo, es decir, permitiendo que la vida de su Espíritu gobierne sobre nuestra alma, en todas las áreas de ella. Cuando esto sucede, una unción especial de gobierno se nos es entregada, de tal forma que con ello, estamos destinados a alcanzar niveles de excelencia, lo que sin duda alguna, nos llevará a tener una posición de influencia.

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