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JESÚS PERDONA Y RESTAURA

Muchos hay que en la vida han cometido infinidad de errores, quizás producto de ignorar la verdad o tal vez debido a su propia rebeldía. Esto les ha llevado vivir en verdaderas cárceles o prisiones, aislados de todo y de todos. Y en consecuencia de ello, caminan por este mundo con cargas, culpas, frustraciones, etc. Lo que hace que la persona vaya bajando el ritmo de su paso hasta detenerla por completo, impidiendo así, que disfrute de las bendiciones que Dios tiene preparadas para ella y sus generaciones.

Recordemos, el plan de Dios es que tu y yo disfrutemos de todo lo creado. Pero esto no sucederá sino hasta que nuestros ojos espirituales sean abiertos y podamos ver, creer que en y por JESUCRISTO toda CULPA ha sido CANCELADA.

No hay cosa más hermosa que caminar en libertad. La condenación y la culpa son los principales enemigos de ella, es por eso que Dios da un cuidado particular a este asunto.

Leamos Efesios 1:7 “En él tenemos la redención por medio de su sangre, el perdón de los pecados según las riquezas de su gracia.”

El perdón que hemos recibido va en proporción a sus riquezas, la escritura nos declara que las riquezas de Dios no tienen limites, de tal forma que cuando el dice que perdona nuestros pecados, culpas, faltas, ofensas, etc., el lo hace completamente y para siempre e incluso no tiene memoria de ellos. Eso es amor y gracia en toda plenitud.

Leamos la siguiente historia: Juan 8:1-11

Reflexionemos:

¿Cuáles eran las intenciones de los fariseos al traerle a esa mujer a Jesús?

¿Cuál fue la respuesta de Jesús? Y

¿Qué hicieron los fariseos ante ello?

¿Te has visto en una situación similar?

¿Cómo piensas que se sentía la mujer en medio de todo ello?

¿Qué crees que pasó por la mente de esa mujer cuando Jesús le respondió de la manera que lo hizo?

¿Qué es lo que hizo Jesús?

¿Le condenó o le perdonó?

Jesús mostró su compasión por ella puesto que al perdonar su pecado, no solamente le estaba librando de una muerte segura, sino que le estaba quitando las cadenas de la condenación y la culpa, dándole la posibilidad de emprender una nueva vida libre; puesto que solamente estando en esa nueva condición, es que ella podría desarrollar todo el potencial y cumplir con el propósito que Dios había puesto en ella antes de nacer.

En conclusión, solo Jesucristo perdona y restaura a fin de que libres de toda culpa, podamos vivir con excelencia.

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