SALMOS 133
¡Qué maravilloso y agradable es cuando los hermanos
conviven en armonía!
Pues la armonía es tan preciosa como el aceite de la unción
que se derramó sobre la cabeza de Aarón, que corrió por
su barba hasta llegar al borde de su túnica.
La armonía es tan refrescante como el rocío
del monte Hermón que cae sobre las
montañas de Sion.
Y allí el Señor ha pronunciado su bendición, incluso la vida eterna.
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