Así como el cuerpo humano es amenazado constantemente por enemigos (virus, bacterias, malos hábitos, etc.) así mismo el “cuerpo de Cristo” también. El día de hoy haremos un breve análisis de uno de ellos, “EL PREJUICIO”.
Pero: ¿Qué es prejuicio?
PREJUICIO es tener ideas anticipadas de algo o de alguien. Esto afecta nuestra forma de ver las cosas, es por ello que consideramos al prejuicio como uno de nuestros enemigos principales, pues impide y evita que pensemos correctamente.
Imaginemos que una persona entra en un almacén de gafas o lentes, y se decide por un par de color rojo; tan pronto como se las pone, todo su entorno, ante sus ojos, al instante sufre un cambio radical.
¿Cómo sucedió esto? Sencillamente porque el color rojo de las gafas se mezcló con los colores reales de las cosas y como resultado de ello, otro color hizo su aparición. Por ejemplo: el rojo mezclado con amarillo da un color naranja; si se mezcla con azul el resultado será morado y si en cambio se mezcla con el verde, lo que producirá es un color marrón o café. De modo que si la persona con las gafas rojas mira una manzana de color verde pensará que el color real de la manzana es marrón o café.
Puede ser que la persona al ponérselas probablemente sintió comodidad y una sensación de descanso pero lo que en realidad sucedió es que su apreciación o pensamiento del color REAL de las cosas sufrió alteraciones. Lo que quiere decir, que debido a esas gafas rojas, la realidad ante sus ojos se distorsiona. Esto no significa que las cosas fueron las que cambiaron, sino mas bien que la idea de verlas o interpretarlas (juicio) por parte de la persona, es la que sufrió las alteraciones.
De igual forma nos sucede en el plano espiritual. De hecho, cada una de las experiencias, sean positivas o negativas, marcan nuestra vida y vamos creando nuestros propios conceptos de la “realidad”. Y estos conceptos, sean buenos o malos no nos permiten interpretar, discernir la verdadera condición o estado de las cosas, personas o situaciones. Llevándonos a vivir en un engaño total y como consecuencia de ello, nuestras decisiones, relación con Dios, con otros, e incluso nuestros sueños, metas, etc. se ven seriamente afectadas.
Leamos: Tito 1:15 “Para los puros todo es puro, pero para los corruptos e incrédulos no hay nada puro. Al contrario, tienen corrompidas la mente y la conciencia.”
Aquí surgen entonces las siguientes preguntas
¿Cuál es la verdad de todas las cosas? ¿Cuáles son los lentes que me permiten ver sin alteración alguna, la realidad de todo lo que me rodea?
Leamos Juan 14:6 “Jesús les dijo: Yo soy el camino, y la VERDAD, y la vida…..”
Lo que indica que la verdad de todas las cosas se encuentra en JESUCRISTO. Siendo por tanto su Palabra la que nos permite formular pensamientos, juicios, ideas, criterios, etc. acertados; solamente así es que podremos discernir y ver todo como realmente es.
Leamos Juan 7:20-24 “Respondió la multitud y dijo: Demonio tienes; ¿quién procura matarte? Jesús respondió y les dijo: Una obra hice, y todos os maravilláis. Por cierto, Moisés os dio la circuncisión (no porque sea de Moisés, sino de los padres ); y en el día de reposo circuncidáis al hombre. Si recibe el hombre la circuncisión en el día de reposo, para que la ley de Moisés no sea quebrantada, ¿os enojáis conmigo porque en el día de reposo sané completamente a un hombre? No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio.”
En conclusión:
“No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio”
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