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¿CÓMO ESTA TU SENSIBILIDAD?

“…..Si hoy oyen la voz de Dios, no endurezcan sus corazones.” Hebreos 4:7 (NBD)

Hace un tiempo atrás leí a cerca del testimonio de un hombre quien de manera extraña, sin razón aparente y de la noche a la mañana, había perdido un 50% la sensibilidad de su pierna derecha. Para su asombro, el doctor le informó que ello no había sido tan de repente como el pensaba, sino que, sin que el se diera cuenta, paulatinamente había empezado a perder sensibilidad en dicha pierna pues, aunque todavía podía moverse, tener fuerza en ella, sin embargo, no podía identificar o reconocer lo que le tocaba. Esto sin lugar a dudas representaba un gran peligro y amenaza para él, puesto que al no reaccionar ante los estímulos externos esa pierna fácilmente podía quemarse, romperse o dañarse.

Todo ello me llevó a reflexionar acerca de la importancia que tiene la sensibilidad en nuestras vidas, sobre todo al entender que la sensibilidad esta presente en tres dimensiones física (cuerpo), emocional (alma, mente) y espiritual (espíritu).

Pero, ¿Qué es la sensibilidad?

Es un regalo de Dios. Es la capacidad de percibir(distinguir - intuir) y entender nuestro entorno, es decir, discernir el estado de ánimo, el modo de ser y de actuar de Dios, las personas, las circunstancias y los ambientes.

La Sensibilidad, “es el valor que nos hace despertar hacia la realidad, descubriendo todo aquello que afecta en mayor o menor grado al desarrollo personal, familiar, social y espiritual.” Es apreciar, valorar desde los más pequeños detalles que se encuentran en nosotros, en otros, en la naturaleza y en todo lo que nos rodea.

Es en pocas palabras, la capacidad de tener y expresar el AMOR de nuestro Padre celestial al “sentir” la alegría, el dolor, la necesidad, etc. de otros como si fuera la nuestra. De allí que se considera que, el poder de la sensibilidad es el amor.

De hecho la mayor muestra de sensibilidad nos la presentó el Padre en la persona de Jesucristo. “Porque de tal manera amo Dios al mundo que ha dado a su hijo unigénito para que todo aquel que en El crea no se pierda mas tenga vida eterna.” Juan 3:16

IDEAS EQUIVOCADAS:

• “Es muy vulnerable y frágil, para vivir en estos días que corren.

• Ser sensible es de mujeres, los hombres deben mostrar fortaleza y no tanta sensibilidad, pues eso les hace débiles.

Cabe resaltar algo muy importante, ser sensible no quiere decir frágil o débil. La sensibilidad mas bien es una FORTALEZA que hace que la persona sea cuidadosa y apreciativa con personas, lugares, etc.

Cuando se pierde la capacidad de “sentir” de percibir y entender su entorno a través del Espíritu de Dios, es cuando un corazón se endurece. Y como consecuencia de ello, hace que la persona se vuelva en un murmurador compulsivo, incapaz de construir puentes de armonía, lealtad y paz. Habla de fe pero sin llevarlo a la práctica. En palabras de un autor: “promete pero no cumple; habla de amor pero no da.”

Lo que nos lleva a la conclusión de que los mayores enemigos de la sensibilidad son la indiferencia y el egoísmo.

Pues, “Dejarse llevar por lo más fácil y cómodo es la muestra más clara de insensibilidad hacia todo lo que afecta nuestra vida. Muchos dicen es que no tengo tiempo para los detalles y por eso es que no soy sensible.”

COMO MANTENER LA SENSIBILIDAD EN NUESTRO INTERIOR

1. Alimentándonos de Cristo, de su amor, de su gracia. Lo cual es algo que nuestros actos lo manifestarán. Pues ya dijimos una vez, “somos lo que comemos”.

2. Tratando, manejando y abandonando toda ofensa

3. Recibiendo y entregando perdón.

4. Manteniendo una actitud de gratitud.

5. Mirando a Cristo en cada persona y circunstancia

6. Siendo compasivos los unos con los otros

7. Abandonado todo egoísmo.

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