CUIDADO CON LO QUE PERMITES

Leamos: Juan 10:10 “El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”

Con el ladrón no se negocia; si le permites que él te hable buscando la oportunidad de un diálogo, que parte de una idea, pensamiento o sospecha, en poco tiempo serás como “migajas de pan en su boca”. Su principal blanco es tu FE.

AL ROBARTE LA FE, TU CORAZÓN QUEDA AL DESCUBIERTO, TU POSICIÓN COMPROMETIDA Y TU CONDICIÓN EN SUS MANOS.

Por tanto: “Sobre toda cosa que guardes, guarda tu corazón,porque de él mana la vida.” (Prov. 4:23)

Recuerda el caso de Eva en el Edén, una sola conversación con el enemigo cambió el curso de la humanidad entera. No seas ingenuo(a), su intención no es molestarte únicamente, sino sus verdaderas intenciones son destruirte por completo.

En un inicio sus palabras son atrayentes, agradables a tus oídos, convincentes a tu razonamiento, apetitosas para tu carne, pero la verdad es que cada una de ellas están cargadas de un veneno mortal que te va paralizando poco a poco. Te intimida, atemoriza y hace que dudes de todo y de todos, de esta forma te conviertes en presa fácil de sus engaños.

Después de meditar y leer juntos lo antes escrito contesta las siguientes preguntas:

¿Quién está hablando en el primer pasaje?

¿Cómo darse cuenta de quién es el que ha entrado en tu vida, corazón, casa, familia, finanzas, salud, etc.?

¿Por qué se nos hace la advertencia de guardar nuestro corazón?

¿Cómo nos damos cuenta de lo que nuestro corazón guarda en su interior?

¿Has experimentado pensamientos y emociones que te han paralizado?

¿Has tenido la intuición que debías haber llegado a un punto, pero no lo has podido hacer por estos razonamientos que lo han impedido? Explica tu respuesta

Recuerda lo que el profeta Isaías dice a cerca de nuestro Padre celestial: “Dios guardará en completa paz a aquel cuyo pensamiento en El persevera; porque en El ha confiado.” (Isaías 26:3)