LO QUE SIGNIFICA "EL CORDERO DE DIOS
Jesucristo, durante la última noche, antes de ser entregado y traicionado, celebró la tradicional cena de la Pascua, dejando al descubierto ante sus discípulos el verdadero significado encerrado en ella.
“Este es mi cuerpo que por vosotros es partido..”
“Esta es mi sangre, …..”
Leamos Juan 1:29 “El siguiente día Juan vio que Jesús venía hacia él, y dijo: «Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.”
Antes de que Jesucristo muriera en la cruz, cuando una persona pecaba debía presentar un cordero al sacerdote del templo de Jerusalén, para que lo sacrificaran en su lugar. Pues la ley decía que “la paga del pecado es la muerte”, y sin derramamiento de sangre, era imposible conseguir el perdón de los pecados. Por ello, era necesario que un inocente cordero, sin defectos sea presentado ante el sacerdote, y una vez verificada su pureza, la persona pecadora debía poner sus manos sobre la cabeza del animal, con el fin de que se produzca un intercambio de pecado por pureza entre el cordero y la persona. De esta manera, el pecado de la persona pasaba al cordero y la pureza del animal, a la persona. En pocas palabras, el cordero era el “sustituto” que moría, ocupando el lugar del que había pecado. El cordero era degollado (sacrificado, inmolado) y su sangre era derramada sobre el altar y así se obtenía el perdón debido.
Pero este perdón no era eterno, sino temporal, pues era sangre de animales. Tomando esta figura y sabiendo lo que Jesús iba a hacer, es que Juan al verlo, dijo: «Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.” ya que cuando Jesús fue clavado en la cruz, vino a ser el Cordero de Dios que llevó en si, nuestros pecados y derramó su sangre para nuestra redención. Este perdón en cambio, si es eterno. El no anuló la ley sino que vino a cumplirla en su totalidad.
Nuestro Dios vino, murió una muerte cruel en la cruz y pagó completamente la deuda de nuestro pecado con su propia vida, para que tu y yo pudiéramos reinar en vida hoy. Esto quiere decir, que cuando tu recibes a Jesucristo como tu Señor y Salvador, inmediatamente El hace de ti una persona santa, justa, perdonada por su sangre, de tal forma que puedes entrar en la presencia de Dios Padre sin ninguna culpa, condenación o miedo al castigo. Estas sin que son buenas noticias. ¡Aleluya!
Leamos Isaías 53:4-5-6 “Ciertamente llevó él nuestras enfermedadesy sufrió nuestros dolores,¡pero nosotros lo tuvimos por azotado,como herido y afligido por Dios! Mas él fue herido por nuestras rebeliones,molido por nuestros pecados.Por darnos la paz, cayó sobre él el castigo,y por sus llagas fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas,cada cual se apartó por su camino;mas Jehová cargó en élel pecado de todos nosotros.”
TAREA
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