LA HUMILDAD
Otra de las características más importantes a desarrollar en la vida de toda persona y sobre todo de quienes están en autoridad, es la humildad.
Pero, ¿QUÉ ES HUMILDAD? Desafortunadamente, la mayoría de veces este término ha sido relacionado únicamente con la posición económica y social de las personas, pero en realidad, humildad es tener conciencia de la condición real de si mismo como ser humano en cuanto a capacidad, limitaciones y debilidades. Es lo opuesto a la arrogancia y soberbia.
Leamos: Romanos 12:3 “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno”.
Dicho en otras palabras, es saber y aceptar nuestra condición de creación de Dios y al mismo tiempo, reconocer que todo lo que somos y tenemos se lo debemos a El.
Por consiguiente, una persona humilde se la identifica por lo siguiente:
Reconoce su dependencia de Dios en todas las áreas de su vida.
Valora a otros aún por encima de si mismo.
Es sencilla.
No busca dominar a nadie.
No hace alarde de sus acciones, conocimientos, cualidades, logros y éxitos.
No pisa los derechos y opiniones de quienes le rodean.
Pide ayuda cuando lo necesita.
Admite que no lo sabe todo, por tanto, cuando no sabe algo, sencillamente lo reconoce.
No tiene miedo a equivocarse.
Está siempre abierto a aprender.
Sabe ganar y sabe perder.
Comparte las alegrías y éxitos de otros.
Es agradecido
Sabe escuchar
Está dispuesto a ceder.
Está dispuesto a pedir disculpas cuando es necesario.
Busca y admite consejo.
Sabe honrar a quienes lo rodean.
Con paciencia soporta las debilidades de otros.
BENEFICIOS DE LA HUMILDAD
Leamos Salmo 37:11 “Más los humildes poseerán la tierra, y se deleitarán en abundante prosperidad”.
¿Qué poseerán los humildes?
¿En qué se deleitarán los humildes?
Isaías 57:15 “Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad y cuyo nombre es el Santo: «Yo habito en la altura y la santidad, pero habito también con el quebrantado y humilde de espíritu, para reavivar el espíritu de los humildes y para vivificar el corazón de los quebrantados”.
¿Con quién habita Dios? ¿Para qué lo hace?
2 Corintios 7:6. “Pero Dios que consuela a los humildes nos consoló con la venida de Tito”.
¿Qué hace Dios con los humildes?
Santiago 4:6 “Más El da mayor gracia. Por esto él dice: Dios resiste a los soberbios y da la gracia a los humildes.”
¿A quien resiste Dios?
En conclusión: “Sed todos de un mismo sentir, compasivos, fraternales, misericordiosos y de ESPÍRITU HUMILDE.” 1 Pedro 3:8
“Humillaos pues bajo la poderosa mano de Dios, para que El os exalte a su debido tiempo.” 1 Pedro 5:6
“Nada hagáis por rivalidad o por vanidad; antes bien, con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo.” Filipenses 2:3