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TODO TIENE SU TIEMPO

La Biblia dice que Dios "Todo lo hizo hermoso en su tiempo..." (Eclesiastés 3:11)

Cuando se habla de tiempo en las escrituras, se lo hace en referencia a dos dimensiones: el tiempo Chronos y el tiempo Kairos.

El primero es un lapso (duración) de tiempo terrenal que se puede medir. De hecho, Dios en la creación puso al sol, la luna y las estrellas para medir los tiempos en la Tierra. (Génesis 1:14-18) y por eso las unidades de medida de tiempo que conocemos son: milenio, siglo, año, mes, semanas, días, horas, etc.

El tiempo Kairos en cambio, es el tiempo oportuno diseñado por Dios, en el que El interviene en la vida de los hombres de una manera sobrenatural y poderosa. Dicho en otras palabras: "es el tiempo señalado en el propósito de Dios." Comprende un momento o una temporada. Corresponde a la "plenitud del tiempo", la zona de tiempo de Dios. Marcos 1:15

Eclesiastés 3:1 afirma que, “Todo tiene su tiempo y todo lo que se quiere debajo del sol, tiene su hora."

Lo que quiere decir que, nada nos sucede por accidente cuando Dios tiene nuestras vidas en sus manos. Tanto así, que hasta un encuentro casual y casi sin importancia con alguien o algo, es parte de su plan para poner en marcha las bendiciones que tiene preparadas para nuestras vidas. Por eso es que no es de extrañarse que El nos coloque en el lugar correcto, en el momento correcto, en las circunstancias correctas y con las personas correctas, aún en medio de nuestra vida cotidiana.

A lo largo de las Escrituras podemos ver claramente actuando estas dos dimensiones de tiempo.

Leamos Tito 1:1-3 "Siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, conforme a la fe de los escogidos de Dios... la cual Dios, que no miente, prometió desde antes del principio de los tiempos (chronos) y a su debido tiempo (Kairos), manifestó su palabra..."

Lo que indica que para poder tomar decisiones correctas, debemos tomar en cuenta no solamente el tiempo chronos, sino también debemos considerar importante el discernir-reconocer el tiempo Kairos en el que Dios actúa.

Pues de lo contrario, corremos el riesgo de desviarnos y obviamente de perder los beneficios, bendiciones y herencia que nuestro Padre Eterno tiene preparado para nosotros sus hijos.

Leamos Lucas 19:41-44

¿Cómo están preparados?

Únicamente a través de una íntima relación y comunión con Dios y su Palabra.

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