Pero antes de descubrirlo, analicemos brevemente que significa la palabra PERSEVERAR.
Según el diccionario PERSEVERAR es: “persistir en la verdad, mantenerse firme, constante y por largo tiempo en un propósito o forma de vida.” “…El que persevere hasta el fin, éste será salvo”.
Leamos 1 Pedro 5:10
“Pero después que ustedes hayan sufrido por un poco de tiempo, Dios los hará perfectos, firmes, fuertes y seguros. Es el mismo Dios que en su gran amor nos ha llamado a tener parte en su gloria eterna en unión con Jesucristo.”
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” Romanos 8: 28
La Palabra de Dios dice que ante cualquier ataque o argumento negativo lo que debemos hacer es resistir firmes en la fe, es decir, sin dobleces, ni dudas, sabiendo que tenemos un Dios Padre, bueno, responsable que nos ama y que justamente por que nos ama, nos forma, nos capacita y aun permite “sufrimientos” por un poco de tiempo en nuestras vidas con un propósito, ya que a través de ellas, Dios nos hará perfectos, firmes, fuertes y seguros.
Por tanto, no permitas que diversas dificultades te hagan retroceder o destruirte, al contrario, cree que estas en las manos de Dios, harán que tu vida alcance niveles de perfección inimaginables y puedas decir con fe: “Si Dios esta conmigo, nada ni nadie podrá vencerme”. Pues recuerda, “Es el mismo Dios que en su gran amor nos ha llamado a tener parte en su gloria eterna en unión con Jesucristo.”
1 Pedro 1:6-7 “Por esta razón están ustedes llenos de alegría, aun cuando sea necesario que durante un poco de tiempo pasen por muchas pruebas.Porque la fe de ustedes es como el oro: su calidad debe ser probada por medio del fuego. La fe que resiste la prueba vale mucho más que el oro, el cual se puede destruir. De manera que la fe de ustedes, al ser así probada, merecerá aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo aparezca”
Leamos Juan 15:4-7 “Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no PERMANECE en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que PERMANECE en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no PERMANECE, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, los echan en el fuego y arden. ”
En pocas palabras, a mayor relación, conexión y PERMANENCIA; mayor cantidad y calidad del fruto.
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