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¿DESPIERTO O DORMIDO?

Leamos los siguientes pasajes:

Efesios 5:14 “Despiértate, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo.”

Romanos 13:11 “Ya es hora de que despierten del sueño, pues nuestra salvación está ahora más cerca que cuando inicialmente creímos”.

1 Tesalonicenses 5:6 “Así que tened cuidado, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios”

El Padre llama a sus hijos a DESPERTAR, ver y caminar en su Luz Admirable.

Isaías 60:1 dice: “Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti.”

“Despierta, tú que duermes” describe a todos quienes están durmiendo, no solamente en la oscuridad del pecado, sino a todos aquellos que creyendo estar bien, han sido víctimas del “confort”, distracciones, preocupaciones, placeres, y como consecuencia de ello, han entrado en un estado de “NARCOSIS”, sin darse cuenta de que ello es la antesala de la muerte. Tal y como sucede con una persona que bucea en las profundidades del mar, sus sentidos quedan atrapados en la atmósfera que le esta rodeando, que pierde la noción del tiempo y el espacio, se desorienta y como consecuencia, pierde la conciencia de la cantidad de oxigeno que le queda y del lugar donde está y si no es rescatado a tiempo, muere. De allí la instrucción para quienes practican esta actividad, es que JAMÁS lo deben hacer SOLOS sino siempre trabajar en EQUIPO.

“Despierta, tú que duermes” significa levantarse de un estado de sueño y falsa seguridad. Tomemos en cuenta que en el “sueño”, aunque estamos vivos, estamos insensibles a cualquier peligro que pueda estar cerca; sin percatarnos de lo que puede estar sucediendo o por suceder a nuestro alrededor.

En conclusión: Leamos Efesios 5:8-16 “Como hijos de la luz (v.8), nuestras vidas deben exhibir el “fruto de la luz que consiste en toda bondad, justicia y verdad” (v.9). Debemos discernir “lo que es aceptable al Señor” (v.10), “caminando con prudencia, no como necios, sino como sabios “ (v.15), “aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos”(v.16).

Declaremos entonces que: El Señor Dios nos ha dado lengua de discípulos, para que sepamos sostener con una palabra al fatigado. Mañana tras mañana nos despierta. Pidámosle al Padre que Despierte nuestro oído para escuchar como los discípulos.

Isaías 50:4-5

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