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¿QUIÉN DICE LA GENTE QUE SOY?

Esta pregunta es muy significativa pues del concepto que tenemos de las personas depende nuestro comportamiento y relación con ellas.

En cierta ocasión el Señor Jesús, durante la convivencia con sus discípulos, les hizo la siguiente pregunta:

Leamos Mateo 16:15

“…Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?

Pero, Por qué lo haría?, ¿Acaso nuestro Señor no sabia quien era? ¿Quizás lo estaba dudando? Definitivamente no. El estaba muy seguro de quien era, y cual era su propósito aquí en la tierra. Entonces, ¿Qué buscaba Jesús con esta pregunta?

Leamos los versos 16 al 19:

Jesús quería que sus discípulos le conocieran y se relacionaran con El a partir de la revelación que recibieran del Padre, ya que al reconocerlo como AUTORIDAD MÁXIMA ellos podrían alcanzar identidad, significado, pertenencia y propósito. Su intención era que ellos pudieran tener la seguridad en su interior de quien era El, ya que a la medida en que ellos lo tengan bien en claro, el diseño y poder de Dios se desataría en sus vidas de manera sobrenatural.

En la Biblia podemos ver a varias personas experimentar vivencias muy diversas al relacionarse con Jesús, pues a pesar de que El siempre fue el mismo, no todas lo percibieron de la misma manera. Aquellos que lo vieron como un maestro, se acercaron a El para extraer información, la gran mayoría que estaban enfermos lo hicieron para obtener de El sanidad, mientras que otros, los mas cercanos pudieron verlo como alguien que tenía autoridad. Pedro, Pablo, entre otros en cambio por revelación divina, pudieron verlo como El hijo de Dios y se acercaron a El reconociéndolo como SEÑOR, REY, DUEÑO, SUSTENTADOR, JEFE SUPREMO portador de TODA la autoridad y poder del Padre. Como consecuencia de ello sus vidas jamás volvieron a ser las mismas. Pues a partir de entonces no solo que descubrieron los diseños del Reino, sino aun su propia identidad, y propósito. Esto les llevó a ser testigos de grandes milagros y prodigios sobrenaturales, e inclusive, en muchas ocasiones, ellos mismos se convirtieron en canales a través de los cuales el amor y la grandeza de Dios se manifestaron a través de sus manos. Recordemos la autoridad en el Reino de Dios no es impuesta sino reconocida.

Leamos Apocalipsis 19:11-16

“Y vi el cielo abierto, y he aquí, un caballo blanco; el que lo montaba se llama Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y hace la guerra. 12 Sus ojos son una llama de fuego, y sobre su cabeza hay muchas diademas[b], y tiene un nombre escrito que nadie conoce sino Él. 13 Y está vestido de un manto empapado en sangre, y su nombre es: El Verbo[c] de Dios. 14 Y los ejércitos que están en los cielos, vestidos de lino fino, blanco y limpio, le seguían sobre caballos blancos. 15 De su boca sale una espada afilada para herir con ella a las naciones, y las regirá[d] con vara de hierro; y Él pisa el lagar del vino del furor de la ira de Dios Todopoderoso. 16 Y en su manto y en su muslo tiene un nombre escrito: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES”

Apocalipsis 17:14 “... porque él es Señor de señores y Rey de reyes...”.

1 Timoteo 6:13-15

“Te mando delante de Dios, que da vida[b] a todas las cosas, y de Cristo Jesús, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, 14 que guardes el mandamiento sin mancha ni reproche hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo, 15 la cual manifestará a su debido tiempo el bienaventurado y único Soberano, el Rey de reyes[c] y Señor de señores.”

Por tanto que nunca se nos olvide que lo que pensamos y creamos en nuestro corazón a cerca de quien es Cristo determinará nuestra relación con El y por ende el éxito o el fracaso en todo lo que somos y hacemos.

Jesús el día de hoy nos hace la misma pregunta:

“…Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?

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