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¿QUÉ TIPO DE SUELO ERES?

Leamos Lucas 8:4-5 “Juntándose una gran multitud, y los que de cada ciudad venían a él, les dijo por parábola: El sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte cayó junto al camino, y fue hollada, y las aves del cielo la comieron”.

¿Quién salió a sembrar y para qué?______________________________________________________________

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¿Qué sembró __________________________________________________

Leamos Lucas 8:9-10, 12 “Y sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Qué significa esta parábola? Y él dijo: A vosotros os es dado conocer los misterios del reino de Dios......” Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven.”

  • ¿A quiénes les es dado a conocer el significado de las parábolas?__________________________________________________________

  • ¿A quiénes representan el suelo que recibió la semilla junto al camino?___________________________________________________________

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  • ¿Qué les sucede a ellos?____________________________________________________________

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Nosotros somos el suelo y la semilla que hemos recibido, es JESUCRISTO esta semilla, es COMPLETA Y PERFECTA de tal forma que el poder que ésta contiene es infinito. Es decir, ha sido puesto en nosotros un diseño completo y perfecto cargado de vida y poder. Pero para que ésta pueda cumplir con su misión debe ser sembrada en un solo cierto tipo de suelo.

En función de ello analicemos brevemente el primer tipo de suelo que nos presentan las escrituras en este pasaje:

“…..una parte cayó junto al camino, y fue hollada (pisoteada), y las aves del cielo la comieron.”

El vivir junto al camino no significa que nunca se ha oído acerca de Jesucristo y su reino, sus leyes y principios, sino más bien, a pesar de haberlo oído, se mantienen constantemente en el “filo” es decir, viviendo la dualidad entre los deseos del alma (mente corazón), la filosofía del mundo (forma de pensar, cultura) y el Reino de Dios. Nótese algo, no se está hablando de haber entrado al reino; sino más bien de “haber oído”. Por tanto, una cosa es entrar y otra muy diferente oír. Job habló muy claramente a cerca de ésta diferencia “De oídas te había oído…...”.

Por otro lado, otro elemento de considerar es el hecho de discernir apropiadamente el “quienes” tienen acceso a nuestras vidas, pues es preciso diferenciar entre los que vienen a aportar de aquellos que vienen a robar lo que tenemos.

¿Qué hacer para no estar en ésta situación y cómo hacerlo?

Se requieren tres acciones:

  1. Decidir, ser radicales

  2. Actuar, alejándose del “filo”

  3. Tener cuidado al permitir a quienes se acercan y se “alimentan” de ti.

NOTA: Estas son las señales que te hacen saber que NO estas en el filo y que estas yendo a una relación más profunda con Dios

  1. Tiempo devocional personal en tu aposento

  2. El altar familiar

  3. Lectura de la palabra diaria

  4. Comunión con los hermanos que edifican

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