¿QUÉ NECESITAS PARA SER UN VENCEDOR?
Leamos Salmo 44:3 “Pues no fue por su espada que tomaron posesión de la tierra, Ni fue su brazo el que los salvó, Sino Tu diestra y Tu brazo, y la luz de Tu presencia, Porque Te complaciste en ellos.”
No son las cosas externas, ni las circunstancias que determinan la victoria en cualquier situación que debamos enfrentar, sino más bien, la vida que fluye de la Fuente de la Gracia, esto es de JESUCRISTO.
De modo que quien se ha unido a Cristo, no depende de sus recursos humanos, sino de los recursos sobre naturales de nuestro Padre celestial, pues Cristo es nuestra herencia. Una cosa es estar CON Cristo y otra muy diferente, el estar EN Cristo.
Las escrituras afirman que: no todo el que dice: “Señor, Señor” opera en la dimensión del Reino de Dios, sino aquel que muestra con sus obras (acciones ) y actitudes, la presencia de la vida divina en su interior.
“Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él.”
1 Corintios 6:17 RVR1960
Somos una especie de cristales que reflejan la luz de Cristo. A mayor limpieza, mayor nitidez. En su luz vemos la luz y somos luz.
Recordemos, la realidad de vida en el Espíritu determina que todo lo que somos y hacemos afecte decisivamente lugares, personas y épocas, llegando a ser las “hojas” que sanan las naciones.
Apocalipsis 22:2 “En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones.”
En conclusión, lo que necesitamos para ser vencedores en cualquier circunstancia, es tener la vida de Dios corriendo por nuestro espíritu, alma y cuerpo, activándola y manifestándola todo el tiempo.