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¿QUIÉN ES DIOS ANTE TUS OJOS?

Leamos Mateo 7:9-11 “¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas cosas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?”

La tarea fundamental del enemigo y sus huestes es robar, matar y destruir y para ello, utiliza su arma principal, la mentira. Su objetivo es desvirtuar constantemente todo lo referente a nuestro Padre celestial, su obra y sus principios, poniendo imágenes distorsionadas de la realidad.

De hecho, su principal artimaña es alejar con engaños a las personas de la verdad. Su intención es torcer el diseño de Dios, para que de esta forma, la imagen que tenemos de Dios sea totalmente equivocada, lo cual sin lugar a dudas, nos llevará no únicamente a perder el enfoque, sino a caminar en incertidumbre y temor, lejos de todas las bendiciones que el reino de Dios nos ofrece. Encerrándonos en cárceles de pobreza, depresión, angustia y desesperanza.

Recordemos, de la manera en como percibimos a Dios, es que nos comportamos y prosperamos en la vida.

Por ejemplo: Si vemos a Dios como lo que en realidad es, Nuestro Padre amoroso, entonces nuestro caminar sería seguro, confiado y próspero. Pues cuando nos sentimos amados, aceptados, instruidos, perdonados y apoyados, desarrollamos un potencial sobrenatural, capaz de transformar todo su entorno. Nos valoramos a nosotros mismos y a los demás.

Pero si en cambio vemos a Dios como un “verdugo”, entonces nuestra forma de relacionarnos con El, será basada en el miedo y por tanto, no podremos avanzar con éxito, ya que el miedo hará que nos alejemos de El para evitar ser castigados y lejos de El, como dicen las escrituras, no podremos ser ni alcanzar nada y como consecuencia de ello, para justificar nuestras faltas, empezaremos a juzgar y a condenar a otros, desatando destrucción en todo lo que tocamos.

Dios es nuestro PADRE y como tal, quiere que sus hijos vivan la plenitud de vida en un ambiente sano, lleno de paz, gozo, seguridad y provisión. Dicho sea de paso, cuando hablamos de ello, no estamos hablando de un mundo sin dificultades y problemas, sino de un estado de unidad completa con el Espíritu Santo de Dios que nos permita tener confianza y seguridad aun en medio de ellos.

En conclusión: La verdad expone todas las mentiras de la carne, el mundo y el diablo. Es por esta razón que todo lo que escuchamos, pensamos y hablamos, debe ser constantemente confrontado con la Palabra de Dios y la guía de su Espíritu. Solo así recordaremos siempre quien es Dios y su propósito.

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