LA CLAVE PARA CAMINAR CON ÉXITO Y SEGURIDAD

Leamos el Salmo 13:2-3 “¿Hasta cuándo debo estar angustiado, y andar triste todo el día? ¿Hasta cuándo mi adversario me dominará? Señor y Dios mío, mírame y respóndeme; ilumina mis ojos, y mantéenme con vida."

El sufrimiento, el dolor, la angustia, la inseguridad, la frustración no formaban parte de la creación dentro del plan de Dios, para la vida del hombre. Fue el pecado, la rebeldía del ser humano que provocó todo ello. Recordemos, el deleite de nuestro Padre Dios consiste en ver a sus hijos e hijas disfrutando de una victoria total en cada área. Es precisamente por esta razón, que en su plan de rescate incluyó un regalo, el Espíritu Santo, con el fin de que éste sirviera de ayudador, consolador, maestro, guía, para nuestras vidas, dándonos de esta manera, la oportunidad, no sólo de conocer su diseño, sino también de capacitarnos para caminar en el. Dicho en otras palabras, Dios ha puesto dentro de nosotros, su propio Espíritu para que éste, desde el interior, nos ayude a vivir en los principios de su Reino.

Ahora, cabe una aclaración, esto no quiere decir que los problemas desaparecen; recordemos, estamos en medio de un mundo caído pero, la diferencia es que en medio de todo, nuestro Padre Dios nos forma, instruye y provee de herramientas necesarias para no ser seducidos y engañados.

De hecho, cuando tenemos contacto con su Palabra, ya sea en la lectura o en la meditación de la misma, el Espíritu Santo ilumina nuestra mente y corazón haciéndonos ver y comprender el propósito real de las cosas, repartiéndonos a cada uno conforme a la necesidad de su diseño, e impulsándonos a tomar la acción correcta.

Es debido a ello, que el apóstol Pablo constantemente nos anima a través de las escrituras, a estar orando y actuando en el Espíritu, pues haciendo ello, recibiremos revelación y sabiduría para tomar decisiones, llevándonos así, a experimentar su paz y bendición en todo lo que emprendamos en la vida.

En conclusión, la clave para caminar con éxito y seguridad, es una vida llena del Espíritu Santo.