¿A DÓNDE NOS CONDUCE LA GRACIA DE DIOS? (Parte I )
Si le permitimos al Espíritu Santo hacer su trabajo en nosotros y actuar a través de nosotros, entonces podremos descubrir hacia donde la gracia divina nos quiere llevar.
Leamos Efesios 4:1-2 “…les ruego que vivan como deben vivir quienes, como ustedes, han sido llamados a formar parte del pueblo de Dios. 2 SeanHUMILDES,….”
¿A quiénes va dirigido este ruego o petición?
¿QUÉ ES LA HUMILDAD? “La humildad viene de la raíz latina “humus”, humus es la parte fértil de la tierra”. O “humilitas”que significa “pegado a la tierra”.
Ser humildes tiene que ver con expresar la naturaleza de Dios contenida en nuestro interior, es decir, es estar consientes y seguros de quienes somos en el Señor y al mismo tiempo, reconociendo nuestra condición humana (cualidades y defectos), siendo libres de orgullo y arrogancia. Es reconocer que lo que somos, tenemos y podemos hacer es debido a la presencia del Espíritu Santo en nosotros y no producto de nuestro propio esfuerzo.
"Revestíos de humildad hacia los demás, porque Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes" – 1 Pedro 5:5.
Ser humilde además, es poner a otros en primer lugar, es ser libre de todo egoísmo.
“No hagan nada por egoísmo o vanidad, sino con humildad consideren a los demás como superiores a sí mismos” – Filipenses 2:3.
Siendo humildes es posible desactivar cualquier conflicto, sin esperar tener la razón siempre. O por otro lado, manejar cualquier injusticia con mansedumbre sin ser preso de la amargura, hablando siempre con amabilidad, cortesía y firmeza.
"La blanda respuesta quita la ira, mas la palabra áspera hace subir el furor” – Proverbios 15:1.
Ser humilde es saber responder y aprender de las criticas de manera sabia y con amor, sin una actitud agresiva y/o defensiva, sin desarrollar una actitud de venganza, identificando incluso, cuales son las motivaciones de nuestras actuaciones. La humildad es saber perdonar, a pesar de haber sido genuinamente ofendidos, o por otro lado, saber pedir perdón cuando hemos ofendido.
"Por lo tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar. Ve primero y reconcíliate con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda” – Mateo 5:23-24.
En conclusión, la Gracia nos conduce primeramente a vivir en humildad, es decir, reconociendo que todo lo que somos, tenemos y podemos hacer es producto de la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas, amando y respetando todo lo que Dios ama.