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ADIÓS EGIPTO

El pueblo de Israel vivió muchos años bajo el yugo de la esclavitud de Egipto. Egipto, en la Biblia, representa un sistema que mantiene en opresión a quienes viven dentro de el. Este sistema llamado “mundo” somete a las personas con cadenas de: temores – miedos, creencias culturales - paradigmas, creencias religiosas, pecado, baja autoestima, condenación, mentiras, etc., sumergiéndolas en un ambiente de “trabajos forzados”, dependiendo única y exclusivamente de sus propias fuerzas. Estando en estas condiciones, no es de asombrarse que las personas vivan vidas miserables, incompletas y sin esperanza. Únicamente saliendo de este sistema se puede encontrar la verdadera libertad; para ello, es preciso romper cada una de estas cadenas puesto que, cuando el pasado consume nuestro presente, seguimos viviendo en esclavitud aún cuando hayamos sido puestos en libertad.

La obediencia exige la responsabilidad de salir de nuestra prisión. Una cosa es vivir en el desierto y otra es salir de el.

La Biblia dice que todos los hijos de Dios son Reyes y Sacerdotes, por tanto, es cuestión de identidad, es decir, de sobrevivencia o reinado. No podremos vivir como reyes si continuamos manteniendo la mentalidad de esclavos.

Pero, ¿CÓMO HACERLO?

Leamos Romanos 12:2

¿Qué debemos hacer? __________________

¿Cómo somos transformados? _____________________

¿Para qué? ____________________

Como podemos ver, esto no es tarea dé Dios, sino de nosotros mismos.

Recordemos algo, el alma de la persona es el asiento de los pensamientos, sentimientos, deseos, afectos y odios (mente, voluntad y emociones) y es el que debe cambiar. Esto será posible únicamente haciendo uso de la Palabra de Dios, el alimento del alma. “La palabra de Jehová es perfecta que convierte, cambia el alma…” (Salmo 19:7). Cuando esto sucede, nuestra identidad cobra sentido, de hecho, alguna vez alguien dijo: “el ser humano es lo que come”. En pocas palabras, lo que nosotros le demos de comer a nuestra alma determinará nuestra calidad de vida, nuestro grado de libertad y el enfoque en el propósito de Dios para nosotros.

Leamos Proverbios 23:7 y Santiago 1:21

Entonces ¿Qué debemos hacer? ___________________________________

Como podemos ver, la transformación comienza con la información, pues de ella dependerá lo que cada persona guarde en su corazón, el cual, más tarde se manifiesta en obras y comportamientos. Que triste es ver personas con espíritus liberados que continúan con las mismas mentes oprimidas ya que, sus almas están atrapadas bajo el gobierno de este mundo. Es por esto que, no experimentan la libertad ni los beneficios del reino de Dios. Todo lo juzgan de acuerdo a la información que han almacenado en sus vidas y a las experiencias a las que han sido expuestas.

Tengamos siempre presente que el vivir pensando en nosotros mismos, nuestros deseos e intereses, harán que nos desviemos del propósito eterno de Dios. Esto quiere decir que, todo lo que realicemos, estudiemos, trabajemos, etc., lo debemos hacer pensando en función del plan de Dios, el cual, requerirá para su establecimiento aquí en la tierra de médicos, abogados, científicos, agricultores, cantantes, artistas, apóstoles, profetas, evangelistas, pastores, maestros, técnicos, constructores, hombres - mujeres de negocios, etc., una mentalidad de reino celestial y no terrenal.

En conclusión: Leamos Filipenses 3:13-14

¿Qué debemos hacer?__________________________________________

Gálatas 5:1

¿Qué debemos hacer?__________________________________________

Isaías 43:18

¿Qué debemos hacer?__________________________________________

Solamente así, podremos decirle verdaderamente “ADIOS A EGIPTO”

Los hijos nacidos en libertad dan frutos asombrosos. "Mayores cosas que yo harán" dijo Jesucristo.

La verdadera libertad supone una gran responsabilidad. Solo las personas maduras, dispuestas a pelear y a asumir la responsabilidad por el futuro, darán fruto para Dios en esta nueva estación.

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