Continuación de Características que debe desarrollar la persona en autoridad DISCIPLINA PROPIA
Continuación de Características que debe desarrollar la persona en autoridad
DISCIPLINA PROPIA
Leamos Proverbios 25:28
“Como ciudad derribada y sin muro es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda.”
Si para toda persona en general que quiere alcanzar éxito en su vida este elemento es esencial, cuanto más es, para la persona que está en autoridad.
La disciplina personal es hacer lo que se debe hacer justo en el tiempo correcto aún cuando no se tenga ganas de hacerlo.
Los entendidos en la materia afirman que la disciplina se forma a través de tres elementos:
Organización.- Tiene que ver con ubicar aspectos de la vida en orden de prioridad, es decir en orden de importancia (cosas, relaciones personales, trabajo, Dios, familia, etc.). Por lo general, tenemos la tendencia de gastar nuestro tiempo y energía en las cosas más urgentes pero descuidamos las más importantes.
Limpieza.- Tiene que ver con hacer una revisión de todo lo que tenemos (cosas, relaciones personales, actividades, etc.) con el fin de guardar y mantener lo que realmente sirve y eliminar todo aquello que simplemente está ocupando un espacio pero que en realidad no es de ninguna utilidad.
Puntualidad.- Tiene que ver con manejar en forma exacta el tiempo, las cosas, las relaciones personales, la forma de hablar, la familia, el trabajo, etc.
Como podemos ver, para desarrollar disciplina, la autoridad delegada necesitará ejercer dominio propio, lo cual implica dominarse, refrenarse, contenerse, controlarse, abstenerse voluntariamente de hacer y querer ciertas cosas, lugares, actividades y personas. En otras palabras, anteponer el diseño del Reino de Dios a sus propios deseos y/o aspiraciones.
El dominio propio resulta imposible alcanzarlo en nuestras propias fuerzas, únicamente es posible con la intervención del Espíritu Santo en nosotros. (Gálatas 5:23). Pero obviamente a la medida en que la persona en autoridad se lo permita, debido al libre albedrío que posee. Leamos Colosenses 3:8-11
El dominio propio se irá manifestando, en aquellos quienes han decidido voluntariamente someter sus vidas al Señorío de Cristo. Por tanto, requerirá de decisión, paciencia y voluntad para poder ejercitar dominio propio, partiendo de lo más pequeño para llegar a lo más grande. Leamos 1 Corintios 6:12 y 10:23
Preguntas para reflexionar:
1. ¿Tengo tendencia a frustrarme con rapidez?
2. ¿Tengo problemas con la organización del tiempo?
3. ¿ Me cuesta desprenderme o eliminar cosas, situaciones o relaciones poco útiles?
4. ¿Qué motivaciones busco antes de actuar?
5. ¿Qué posibles decisiones tengo que tomar con el fin de ejercitar dominio propio y desarrollar disciplina personal? (Por lo menos mencionar una de ellas.)