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LA EXISTENCIA DE UNA DOBLE DIMENSIÓN

Como hemos estudiado anteriormente, Dios es el creador de todo lo que se ve y lo que no se ve. Nuestra misma existencia se mueve en medio de dos realidades: la natural y la espiritual.

La primera es percibida con nuestros sentidos físicos, mientras que la segunda, es percibida con nuestros sentidos espirituales. Así que es importante comprender que hay fuerzas visibles e invisibles que existen y operan constantemente.

Ambas dimensiones se mueven o funcionan en base a leyes y principios específicos, por ejemplo, en lo natural, una de las leyes que opera es la ley del tiempo. A su vez, en lo espiritual, se manifiesta la ley de la eternidad.

Lo que quiere decir, que la realidad natural está sujeta a un marco de tiempo, presente, pasado y futuro con sus respectivos límites, es decir, un principio y un final; mientras que la dimensión espiritual, no tiene principio ni final, es eterna.

Dicho en otras palabras, el hombre natural vive de acuerdo con lo natural y en esta dimensión, su intelecto, emociones e instintos lo gobiernan, mientras que el hombre espiritual vive de acuerdo a la realidad del Espíritu de Dios, producto de un “nuevo nacimiento”, donde es guiado por Dios directamente en todas las áreas de su vida (mente, sentimientos, etc.)

Leamos Juan 6:23 “El que da vida eterna es el Espíritu de Dios; ninguna persona puede dar esa vida. Las palabras que les he dicho vienen del Espíritu que da esa vida”.

Esta vida no puede ser vista ni entendida en el plano físico, pero no por eso quiere decir que no exista. De hecho, de acuerdo al alimento que reciba, se desarrollará y dará frutos.

Entonces:

¿Qué esta gobernando la vida del hombre natural?

¿Qué esta gobernando la vida el hombre espiritual?

Aunque lo creamos o no, vivimos inmersos en esas dos realidades, las cuales operan al mismo tiempo, pero con una particularidad, la esfera natural no distingue claramente la segunda.

Leamos 1 Corintios 2:14-15 “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas…” espiritualmente.

La pregunta es: ¿Cómo podemos comprender la esfera espiritual?

Únicamente a través de la FE. La vida espiritual se mueve en la fe y a través de ella. Viniendo a ser la fe, el “dispositivo especial”, el motor que permite que esta vida sea percibida y desarrollada.

Vivamos pues, en la realidad del Espíritu.

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